Mariano me pidió que lo ayudara a huir, me
pidió que no le dijera a nadie sobre su existencia. Y voy a ayudarlo. Al menos
él tiene la posibilidad de escapar, él puede forjarse otro destino. Hasta el
momento, nadie supo que existía. Ni los Arcángeles ni los Peregrinos. No voy a
ser yo la responsable de que eso cambie. Voy a sacarlo de acá.
Pero primero debo averiguar qué pasó la
noche del ritual, qué sangre usaron los Arcángeles en el Santo Grial. Debo
saber el nombre de la madre de Mariano, debo hablar con ella. Ella es la única
que puede resolver mis dudas.
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