Ya cumplí el primer trimestre de embarazo.
Me acostumbré a Agua Escondida y Agua Escondida se acostumbró a mí. Quizás en
cierta forma, comenzaba a necesitar esa clase de respiro que sólo un pueblo así
te puede ofrecer. Lidia me está ayudando con el embarazo. Siente que está en
deuda conmigo por haber salvado a Mariano y además parece bastante a gusto con
la idea de ser abuela. No puedo negarme a que me den una mano; no puedo
afrontar completamente sola esta situación.
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